lunes, 17 de marzo de 2008

Cercanías de Madrid

En el aire se toca el cansancio, las horas extra, los descansos de un pitillo con prisas, la cena de anoche recalentada en el táper. En el vagón de vuelta del tren de Cercanías, las oficinas cuelgan de los párpados, los jefes se agolpan en los hombros, el ordenador deja la misma marca que los ladrillos. Las secretarias, los camareros, los directivos, los albañiles, se sientan con sus fotocopias, sus bandejas, sus decisiones y sus carretillas, aún a cuestas.

Las cabezas asienten vencidas por el mínimo traqueteo, pensando en el mismo sofá, en la bienvenida universal al llegar a casa, en el descalzarse, idéntico en todos los idiomas. Y como se contagian los bostezos, la euforia en los estadios, o se reproducen las caricias, del mismo modo, se van mezclando los sueños que entran cada vez que alguien mira por la ventana.

Por eso, en los vagones de vuelta, también revoltean las nostalgias, los futuros que cumplimos a medias. El de al lado nos pasa sus miedos y su dolor de cabeza. Al abrirse las puertas, huiremos como hormigas. Pero antes, el vaivén ya habrá removido las ideas, habremos dado nuestras ilusiones al vecino, nos habrán pasado una duda con un roce entre codos.

Al igual que los olores, se mezclan las emociones. Y en el trasbordo iremos preocupados, sin saberlo, por aquel sobrino de Colombia, por ese mejor amigo que decidió quedarse, por las malas notas de un hijo, con el meláncolico jet lag de la azafata, recordando el primer día en la obra de un ingeniero polaco... y seguimos andando confundidos, como si llévaramos los zapatos de otro, un número más pequeño.

Eso es Madrid, así es la vida en las grandes ciudades, con sus inevitables cercanías.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La espera misma de tus textos ya es un placer y los textos...poesía, no sé...imágenes que cobran vida y habitan entre nosotros.
Ustedes lo dijeron: "Una conversación entre lo que uno ve y lo que el otro suena".

Anónimo dijo...

es curioso que en islas pequeñas (como la nuestra) nunca se hable de los futuros trenes de "cercanías"... como si esa palabra desmereciera la calidad del servicio...
en cambio, en tus "visiones" enseñas la riqueza de sensaciones que puedes descubrir en sus trayectos... justo lo que parece más nos hace falta...

abrazos, ch