domingo, 20 de mayo de 2007

LA PLACE DE VOSGES

- ¿Y si tuvieras que quedarte con un lugar de París? Con uno sólo...

- Me quedaría con la Place de Vosges. Sin duda alguna.

- ¿La Plaza de qué? ¿De todos los monumentos de París te quedas con esa plaza?

- Oye, un poco de respeto... que estás hablando de mi rincón favorito en París.

- Vale, vale.

- Para empezar, es el lugar donde me he echado las mejores siestas de París.

- .....

- A mí me parece un argumento de peso...

- ....

- Además, hay una pareja de abuelos súper entrañables. No importa qué día, ni a qué hora, siempre les verás allí, en la esquina que da a la calle Francs-Bourgeois. Creo que viven en uno de los edificios de los alrededores. En lugar de comer en su casa, los dos ancianos sacan su mantel de cuadros rojos y blancos, su botella de vino tinto y sus quesos y se instalan en la plaza, como si de un camping se tratara. En cierto sentido, creo ya forman parte del decorado de la Place de Vosges.

- .....

- No está nada mal tener unos abuelos adoptivos en París.

- Me parece a mí que tú lo que necesitas es una familia entera.

- Hombre, tratándose de familia (no sé muy bien a lo que te refieres), tal vez lo mejor de todo es pasarse por la casa que Víctor Hugo dejó en esta plaza. En una de las esquinas, casi como escondido de la avalancha de turistas, Víctor Hugo me espera siempre para invitarme a un café. Y, que quieres que te diga, si Víctor Hugo me paga un café...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también me quedo con la Place de Vosges... y me comportaría como una francesa muy francesa en el restaurante de la esquina donde hay siempre tanta cola y después fingiría poder comprar arte en las galerías y después de comer algo kosher que vendieran en el barrio me uniría a esa siesta en cualquiera de los bancos de la plaza...

Anónimo dijo...

Perdona la intrusión. Acabo de descubrirte. Acabo de descubrir tus palabras. Y no tengo palabras. (valga la redundancia).Me acompleja oirte.

Hace apenas un mes un amigo me convención para hacer algo parecido a lo que tú haces. Y como el niño que salta en la cama elástica... todos me apremian. Pero ahora mi ego a decrecido. Y me invade la curiosidad y cierta envidia por saber cómo consigues manipular y disponer de tal forma las palabras para que cobren vida.

Se que es posible que me mandes a paseo... pero ¿cómo lo haces??. Y no me digas, que simplemente las palabras salen solas. Quiero que haya algún método oculto que sigues, para poder encontrar yo el mío.