lunes, 13 de agosto de 2007

Adios a Paris

Si tienes la suerte de haber vivido en París cuando joven,
luego París te acompañará, vayas donde vayas, todo el resto de tu vida,
ya que París es una fiesta que nos sigue.
Ernest Hemingway, en una carta a un amigo (1950).



Cuando Filip, uno de mis mejores amigos en París, salió por la puerta de mi casa aguantando las lágrimas, por primera vez me di cuenta: yo también abandonaría dentro de muy poco la ciudad.

Ese mismo día, sobre las cuatro de la mañana, en una de las múltiples fiestas de despedida, las copas comenzaban a hacer aflorar los sentimientos y la nostalgia anticipada. Bertrand, uno de nuestros amigos franceses al que yo siempre llamaba Bernard (primero por equivocación y luego ya para fastidiar), confesó con su aire mitad hippy y mitad homosexual que nos comprendía: “lo entiendo, tío, lo entiendo. Es el final de una época”.

Pero si hay ciudades que te han marcado por las personas con las que la has compartido, París parece querer quitarte este gusto. La ciudad es tan apabullante y tiene tanta personalidad que parece imponerse a las compañías humanas. Cuando estás en París, estás con París. Y aunque un año en esta ciudad ha dejado marcas humanas indelebles, la capital francesa parece no querer perder su protagonismo. Es como si París fuera más fuerte que las personas.

Si tuviera que quedarme con algo de la inmensidad de esta gran ciudad, me quedaría con sus pequeñas callejuelas empedradas, con sus rincones ocultos y solitarios, con ese bar de la esquina que tiene el mismo dueño desde hace décadas. Me olvidaría de los Campos Elíseos, del Arco de Triunfo y del Louvre. Porque la grandeza de París está en sus cosas más pequeñas.

Otra cosa que me perseguirá lejos de esta ciudad es la sensación de que cada barrio, cada calle y cada bar merecen la pena en París. No importa que vivas en un arrondissement (barrio) o en otro. Porque todos ellos tienen esa magia inexplicable que envuelve la ciudad. Todos ellos te sorprenderán cada mañana con sus casas del siglo XIX y sus parques señoriales conquistados por el pueblo. En todos tendrás tu boulangerie (panadería). Y en todos descubrirás decorados donde poder rodar una nueva versión de Amélie.



Adiós a París
Uploaded by proyectovisiones

5 comentarios:

Anónimo dijo...

también es duro despedirse de este papel inesperado de comentarista-bloggero... (...y me atrevo a decir que también cierro esta puerta con un nudo en la garaganta...)
en septiembre espero volver a parís y seguro buscaré esas imágenes por las esquinas...

nos veremos...

abrazos, ch

piradaperdida dijo...

guau...
me ha gustado mucho este viaje, chicos

Anónimo dijo...

Jo, lamento haberme enterado de la existencia de este blog justo cuando se acaba.
¿volvéis a Madrid? ¿pa cuándo unas cañas nostálgicas?

besitos
Locodelpelorojo

http://miguelangelmedina.wordpress.com/

Imán dijo...

Gracias por haber compartido con nosotros estas visiones. Nos han hecho acompañaros durante todo este tiempo. yo ya no sabía donde estaba si en París, en Florencia o en Madrid. Por último os doy la enhorabuena. Cada día vuestros escritos han tenido una mayor calidad. Ya no he de buscar en otros autores lo que encuentro en vosotros. Os habéis desarrollado una inmensidad. Gracias por estos regalos en forma de textos

Dani dijo...

No te preocupes, Locodelpelorojo, no llegas tarde: esto no es más que el principio. Volveremos con nuevos escenarios.

Gracias a todos por vuestros comentarios y vuestros ánimos.